El futuro de Juntos por el Cambio: un triunfo con muchos dueños que acelera proyectos para 2023 y dispara riesgos
Cómo se leyeron internamente los resultados de las elecciones y qué efectos provocará en sus principales dirigentes. Los temas que deberá definir desde hoy la conducción nacional opositora
Finalmente, Juntos por el Cambio tuvo un triunfo histórico en las elecciones, pero si no hubo más signos de euforia fue porque el impactante logro de haberle sacado el quórum a Cristina Kirchner en el Senado disimuló la angustia con la que sus dirigentes palpitaron la estrecha diferencia de votos en la provincia de Buenos Aires y una victoria en el territorio porteño que todos esperaban que fuera mucho más amplia.
Patricia Bullrich también puede atribuirse parte del éxito de la campaña para conseguir cinco senadores con sus miles de kilómetros recorridos por todo el país y la tarea de un Comité de Control Electoral que, a fuerza de denuncias, desbarató actos de clientelismo político e irregularidades para captar votos.
Lo mismo sucede con la UCR: así como el rol de Alfredo Cornejo, su presidente, fue determinante para equilibrar las tensiones internas, la irrupción de Facundo Manes se convirtió en la herramienta más eficaz para tener más votos en la Provincia y le aportó al centenario partido una fórmula para salir de su rol pasivo. Algo similar pasó con Martín Tetaz, la revelación electoral de la Ciudad que apadrinó Martín Lousteau y que encendió la campaña porteña. También fue importante el aporte de los gobernadores de Jujuy, Gerardo Morales, y de Corrientes, Gustavo Valdés, para sacarle el moho al viejo estilo radical.
Hasta Mauricio Macri tiene derecho a creer que una porción del resultado electoral le pertenece. Es que su postura antikirchnerista fue cobrando volumen entre los votantes porteños y condicionó la estrategia moderada que hubieran preferido Rodríguez Larreta y Vidal para hacer campaña en la Ciudad.