Política económica: sobra Estado presente y faltan inversiones
La actividad local está estancada desde 2007. Acumula 10 años sin crecimiento, más los 3 últimos en recesión, la más violenta en 2020
El PBI de la Argentina, medido a pesos constantes de 2004, está en el mismo nivel que en 2007, con lo cual se perdieron 13 años. Ya no es más la década perdida, es peor aún, ya se avanzó en el tercer lustro sin crecimiento real.
Además del estancamiento del PBI, la economía argentina se mantiene con tasas de inflación de dos dígitos anuales desde fines de 2006. Pasó de 10% anual en 2006 al actual 46% anual. En otras palabras: el país no crece y el peso se debilita aceleradamente, lo cual marca que es falso que sea útil la expansión monetaria como mecanismo de reactivación y mejora de la calidad de vida de la población.
Entre septiembre de 2006, cuando la inflación alcanzó los dos dígitos anuales, y junio de este año, la base monetaria aumentó 37,5 veces, es decir, a un ritmo promedio del 27% anual. De ahí que quienes sostienen que hay que ponerle plata en el bolsillo a la gente y emitir para reactivar la economía, todavía no entendieron que los billetes no se comen.
Así como en su momento se decía, a modo de crítica a Juntos por el Cambio, que el cemento no se come, hoy hay que recordarle a los kirchneristas que los billetes no se comen. Se consumen los bienes y servicios que produce la economía, no los pesos que valen cada vez menos. Aún, muchos creen en que expandiendo moneda la gente va a poder consumir más, y las empresas responderán con aumento de la oferta de bienes y servicios, y no los precios y así, mágicamente, se reactiva la economía, atrae inversiones y todos felices emitiendo pesos.