Pichetto defendió el liderazgo de Macri y criticó a los radicales
El Gobierno adelantó la entrega de la tarjeta de alimentos que estaba prevista para febrero. Las familias que recibieron el beneficio en Concordia destinaron los primeros gastos a la compra de leche. Los canales de diálogo para contener protestas callejeras y la geografía social que dejó el macrismo
Casi en paralelo al intenso debate de la Ley de Solidaridad en el Congreso, el nuevo gobierno enfrentó en sus primeros días de gestión las demandas más urgentes derivadas de la delicada geografía económico-social que dibujó el final del ciclo macrista en el poder.
El reclamo por la entrega de alimentos –el eje ordenador de la política social instrumentada por el gobierno de Cambiemos a través de la exministra Carolina Stanley– empujó una secuencia de protestas en el centro porteño desde el primer día de Alberto Fernández en la Casa Rosada.
Esas movilizaciones –lideradas por el Polo Obrero y otras organizaciones de menor volumen territorial– obligaron a abrir diferentes mesas de diálogo cuando el Ministerio de Desarrollo Social todavía daba las últimas puntadas a su organigrama final.
La integración de los movimientos sociales al esquema gubernamental –el denominado sector de "Los Cayetanos" quedó al mando de la Secretaría de Economía Social bajo el liderazgo de Emilio Pérsico– fue una señal de contención. Sin embargo, la urgencia moldeó la agenda inicial del oficialismo.
"Hay señales firmes de que comenzaron a priorizarse otros intereses. Apostamos al diálogo y a la asistencia inmediata para luego avanzar en reformas estructurales que nos permitan ir del paradigma de la asistencia a la salida productiva", sintetizó el líder de Barrios de Pie y flamante subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo local, Daniel Menéndez, a Tiempo.
Y agregó: "El tejido social está roto, con una tensión enorme. El Estado tiene que dar respuestas inmediatas, atender el desastre".
Facilitados por la presencia de funcionarios que ocuparon ese rol clave durante la etapa kirchnerista, los intercambios con las organizaciones sociales de los últimos días en las oficinas de Desarrollo Social giraron centralmente alrededor de la asistencia alimentaria para los grupos más vulnerables.
"El gobierno de CFK terminó con la entrega de un millón de kilos de alimentos por mes. Macri instrumentó una política de sesgo asistencialista y, crisis mediante, se fue con el reparto de ocho millones de kilos mensuales", graficó a Tiempo uno de los funcionarios a cargo del diálogo.